miércoles, 3 de noviembre de 2010

Una clase de Literatura usando TIC (Parte I)


Ideas para plantear esta asignatura integrando de manera creativa las tecnologías

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Incorporar TIC a la clase de Literatura no tiene que limitarse a explicar la materia utilizando una presentación o enviando al alumnado a "buscar información" en Internet sobre el tema concreto de trabajo. Tampoco tendría que basarse en la puesta en línea de una web en la que colgar apuntes, enlaces o material interesante. Todo lo anterior formaría parte de una informatización del proceso de enseñanza. Pero lo anterior, aunque útil, es quizá menos de la mitad del camino.

La utilización de TIC tiene sentido cuando potencia la experiencia de aprendizaje del alumnado y le permite afrontar el estudio de la materia desde diversos enfoques e integrando una diversidad de fuentes. Nuestro trabajo como profesores es organizar las cosas para hacer posible esta situación. Las herramientas tecnológicas nos facilitan la realización de determinados procesos en pocos minutos, procesos que con instrumentos tradicionales podrían llevarnos varios días de trabajo y que nos alejarían del objetivo de aprendizaje. En resumen, las TIC permiten que nuestro alumnado manipule y transforme la información en una multiplicidad de formas.

Planteamiento

El planteamiento de una clase con TIC no busca hacer una clase más amena, entretenida o fácil para los alumnos, sino una clase más interesante, desafiante y activa, que les proporcione mayores oportunidades de interesarse por la materia estudiada y aprender construyendo su propio conocimiento.

Crear la necesidad de aprender

La sugerencia, en este caso, es acercarse a los períodos o a los movimientos literarios como un proceso de investigación, para lo cual necesitaríamos partir de algún elemento intrigante o, al menos, lo bastante interesante como para despertar la curiosidad de los alumnos y alumnas. Posibles puntos de partida pueden tener que ver con referencias a esos movimientos literarios en la cultura juvenil actual, películas, conmemoraciones, etc. Sería interesante poder plantear una pregunta capaz de poner en marcha al grupo para encontrar una respuesta.

Por ejemplo, podríamos empezar el estudio del Romanticismo hablando de un libro asesino, al que se le atribuye la muerte de dos mil lectores#El_efecto_de_Goethe.

Aprendizaje cooperativo

El enfoque tradicional determina que los alumnos y alumnas han de desarrollar la misma actividad al mismo tiempo. Esta idea es tremendamente limitadora. Afirmamos que cada persona tiene diferente ritmo y capacidad de aprendizaje y, sin embargo, nos empeñamos en que se muevan todas uniformemente.

La respuesta a este problema sería plantear el proceso de forma cooperativa, de modo que cada persona (o pequeño grupo) se encargue de diferentes partes o tareas del proyecto de aprendizaje en beneficio del grupo. Podemos rotar estas funciones en los diferentes proyectos, de modo que cada quien pase una o varias veces por todas esas funciones.

Así, podemos tener buscadores de información, creadores de líneas de tiempo, lectores de una obra representativa, creadores de presentaciones, escritores de blog, dibujantes de mapas conceptuales, etc.

Por otro lado, debemos preparar un entorno que permita compartir los hallazgos y logros de cada uno de los participantes.

por Fran Iglesias13-4-2009 11:19 (Nº art. 540)

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